ASIA
MONGOLIA
En la carretera. Parte II
La segunda semana de ruta la empezamos en Kharkhorin, antigua capital del imperio mongol, hoy es una "cuidad" sin sal. Sólo su monasterio, el mejor conservado del país, fue una visita que nos dejó maravillados. Increíblemente bonito el arte del budismo mahayana, sus pinturas, telas o budas y su simbología.
Al salir de la cuidad avistamos una carretera asfaltada. No lo podíamos creer,.. un descanso para nuestras cervicales. Bagi, por tus cabras, tira para la highway!, pero él prefirió seguir por los baches, inventar nuevas carreteras y al rato, quedarnos literalmente clavados en el barro! Menos mal que nuestro conductor fue maestro de McGuiver, se las sabe todas y nos saco de alli tras unos cuantos ingeniosos intentos.
De la nada apareció un loco italiano con vodka incluido que venia con la familia mongola al completo (7 people in the car!!) en un coche parecido a un Seat Panda que amenizó las horas de frio, empujar, barro y gloria al final. Oe!
Y si, ahí empecé a mosquearme. Valles y mas valles, todo precioso menos los postes de luz y la carretera asfaltada, que le quitan todo el encanto al paisaje! Que pena, la armonía comienza a desvanecerse,.. Por suerte, apenas hay unos kilómetros. Triste, le pregunto a Dawa:
- When will be this road finished?
- I don't know, maybe last year
Pues eso,...
Y llegamos tarde y ya de noche hasta Chuluut river, agotados del palizon de horas de carretera.
Que gran amanecer. Al abrir, teníamos la vista de los dos gers de la familia, con el abuelo en cuclillas a la puerta fumándose un pitillo cochino liado con papel de periódico, cabras y yaks, un crío mocoso corriendo entre la leña y detrás, el rio. Precioso lugar, por fin paisaje alpino. Nos dio tiempo a disfrazarnos con los trajes típicos que nos dejó la familia, mas majos!
Próxima parada, White Lake, y uno de mis sueños,.. Un buen chapuzón en sus aguas!
El lugar es mágico y el paisaje trifásico; lago de agua blanca, verde pino y azul cielo. Pero nos recibe frío y nos comentan que nevó hace un par de días (¡¿pero si estamos en agosto?!). Calentamos el cuerpo con una deliciosa barbacoa mongola y unas botellitas de vodka. Mil risas y canciones, y mas vodka. Consecuencia: resaca!
Pasamos unos dias entre excursiones, paseos, relax y paz. Y descanso de furgo, que ya tocaba.
El sol brilla el ultimo día, digo yo que el agua estará algo mas caliente,.. el lago me mira, yo a él. Al final saco la cabra que tengo dentro, y al agua!! Casi palmo. Los mongoles que pasaban con su caballo vestidos con su chaquetón de cuerpo entero pudieron comprobar que, como sospechaban, los extranjeros somos un poco gilipollas.
Pero el baño me supo a gloria. Frío. Paz. Libertad. Feliz por cumplir una promesa.
Mongolia me ha encantado. Un país único que no se parece a nada. Es naturaleza en estado puro. No sabes lo que significa inmensidad hasta que te dejas perder por sus paisajes y hospitalidad hasta que te dejas arropar por su gente.
La nada y el todo. Eso sí, la nada mas maravillosa que nunca antes había visto.
Al salir de la cuidad avistamos una carretera asfaltada. No lo podíamos creer,.. un descanso para nuestras cervicales. Bagi, por tus cabras, tira para la highway!, pero él prefirió seguir por los baches, inventar nuevas carreteras y al rato, quedarnos literalmente clavados en el barro! Menos mal que nuestro conductor fue maestro de McGuiver, se las sabe todas y nos saco de alli tras unos cuantos ingeniosos intentos.
De la nada apareció un loco italiano con vodka incluido que venia con la familia mongola al completo (7 people in the car!!) en un coche parecido a un Seat Panda que amenizó las horas de frio, empujar, barro y gloria al final. Oe!
Y si, ahí empecé a mosquearme. Valles y mas valles, todo precioso menos los postes de luz y la carretera asfaltada, que le quitan todo el encanto al paisaje! Que pena, la armonía comienza a desvanecerse,.. Por suerte, apenas hay unos kilómetros. Triste, le pregunto a Dawa:
- When will be this road finished?
- I don't know, maybe last year
Pues eso,...
Y llegamos tarde y ya de noche hasta Chuluut river, agotados del palizon de horas de carretera.
Que gran amanecer. Al abrir, teníamos la vista de los dos gers de la familia, con el abuelo en cuclillas a la puerta fumándose un pitillo cochino liado con papel de periódico, cabras y yaks, un crío mocoso corriendo entre la leña y detrás, el rio. Precioso lugar, por fin paisaje alpino. Nos dio tiempo a disfrazarnos con los trajes típicos que nos dejó la familia, mas majos!
Próxima parada, White Lake, y uno de mis sueños,.. Un buen chapuzón en sus aguas!
El lugar es mágico y el paisaje trifásico; lago de agua blanca, verde pino y azul cielo. Pero nos recibe frío y nos comentan que nevó hace un par de días (¡¿pero si estamos en agosto?!). Calentamos el cuerpo con una deliciosa barbacoa mongola y unas botellitas de vodka. Mil risas y canciones, y mas vodka. Consecuencia: resaca!
Pasamos unos dias entre excursiones, paseos, relax y paz. Y descanso de furgo, que ya tocaba.
El sol brilla el ultimo día, digo yo que el agua estará algo mas caliente,.. el lago me mira, yo a él. Al final saco la cabra que tengo dentro, y al agua!! Casi palmo. Los mongoles que pasaban con su caballo vestidos con su chaquetón de cuerpo entero pudieron comprobar que, como sospechaban, los extranjeros somos un poco gilipollas.
Pero el baño me supo a gloria. Frío. Paz. Libertad. Feliz por cumplir una promesa.
Y esto se acaba,.. Tenemos que llegar a UB, 3 días más en la carretera. El estado de ánimo hace mella, ya no hay tantas risas, ni performances, ni tantas canciones o momentos de desquicie-chorras. Nos ha abducido el estado contemplativo y místico. Distraídos y perdidos en nuestros pensamientos, buscando respuestas a preguntas sobre lo divino y humano... Hasta que la ultima noche, y como despedida, en el Ogii Lake nos dimos cuenta de que la luna llena ya iluminaba nuestros sueños.
Mongolia me ha encantado. Un país único que no se parece a nada. Es naturaleza en estado puro. No sabes lo que significa inmensidad hasta que te dejas perder por sus paisajes y hospitalidad hasta que te dejas arropar por su gente.
La nada y el todo. Eso sí, la nada mas maravillosa que nunca antes había visto.