A lo Indiana Jones en Jordania

Llegar a Petra a lo Indiana Jones. Así fantaseaba en mi imaginario mental. Es una de esas imagenes con las que sueñas de alguna forma revivir y sentir exactamente lo mismo que al ver la peli, llegando a una de las siete maravillas del mundo. 

Pues superó totalmente mis expectativas, fue incluso mejor, más bonito, más impresionante, más emblemático, fue simplemente mágico y único.







4o viaje como coordi, grupo fantástico que se podía sentir desde el minuto 1 en el aeropuerto. Nos vamos a reir, nos vamos a reir mucho. Y así fue como 8 desconocidos hicimos grupo, nos dejamos llevar, improvisamos, compartimos y nos convertimos en amigos en apenas 10 dias de ruta circular por Jordania.

Ayudó también el personaje de conductor que con infinita paciencia, nos llevó aquí y allá, y otra vez aquí, y un poco más allá,.. a quien recordaremos por la búsqueda de sunsets perfectos pese a quemar rueda. Antoniooooooo.

Conocer una de las antiguas ciudades más importantes del imperio romano situado al norte de la capital jordana, Jerash, que nos maravilló. 






Y Amán, un contraste de ciudad que nos maravilló.








Madaba y la cena con la familia de Antonio.




Flotar en el punto más bajo de la tierra, el mar muerto. Y hacernos la foto que no podía faltar simulando la leer el periodico flotando y luego unos baños de barro. 








A falta del Wadi Mujib que estaba cerrado, improvisamos una ruta por un cañon precioso y super auténtico. 


Comunidad beduina en el desierto de Dana, té en cualquier momento y lugar, antes de que Marta se nos intentara despeñar de nuevo. 

O en el desierto de Wadi Rum donde ejercimos de cacologos e investugadores, hicimos amigos camellos y dormimos bajo las estrellas al lado de una hoguera. Bueno sólo quedó Lucia ahumandose hasta el final.





Snorkling en el mar rojo, entre tanques y barcos hundidos. 



Y atardeceres de ensueño...



Un viaje maravilloso. GRACIAS:


A Marta por su risa catártica y por su bondad.
A Ana, por su música en el momento perfecto y por su espontaneidad. 
A Cruz, por su naturalidad y por dejarse llevar
A Lucia, por ser la mente creativa y el estomago más resistente del grupo
A Javi, por ser la cordura del grupo y por su compañerismo
A Andrea, por sus risas, outfits y su imaginación infinita
A Leti, por su paz y eterna sonrisa, y por esos momentos mágicos haciendo yoga en cualquier lugar.













Os quiero mucho.