Pues si, cosas de la vida, un día aquí y otro allá, y de repente estás en una isla del Caribe.
Rodeada de palmeras, playas de prístinas aguas infinitas,.. pero esta vez viajo hasta aquí para quedarme una temporada. La oportunidad de trabajar y vivir en un país alejado era algo que me apetecía desde hacía tiempo, y cuando pasa ante tí la posibilidad de hacerlo, tienes que ser valiente y lanzarte a esa nueva aventura que promete, y más en el Caribe.
Punta Cana no representa ni de lejos, República Dominicana. Es un lugar donde hace años se crearon imperios y jaulas de oro por parte de hoteleros españoles en su mayoría, es hoy uno de los destinos turísticos más populares del Caribe, pero la realidad que detrás de esa cara bonita y turística esconde, es bien diferente. Un lugar un tanto apersonal, sin un pueblo con el que crecer de la mano, un lugar creado para turistas cautivos a quienes les aconseja no salir ni del hotel. Fuera de ellos hay vida, sobre todo de los que aquí trabajamos, algunas zonas autóctonas y poco más.
Mi vena exploradora me pide investigar e ir un poco más allá, así que viajo, viajo y viajo por esta isla, de norte a sur, de oeste a este, de isla en isla, para conocer la verdadera esencia de este peculiar paisito. República Dominicana tiene montañas, ríos, playas, desiertos, manglares, gente cálida, música e historia. Comienza otra aventura!
Pues si, cosas de la vida, un día aquí y otro allá, y de repente estás en una isla del Caribe.
Rodeada de palmeras, playas de prístinas aguas infinitas,.. pero esta vez viajo hasta aquí para quedarme una temporada. La oportunidad de trabajar y vivir en un país alejado era algo que me apetecía desde hacía tiempo, y cuando pasa ante tí la posibilidad de hacerlo, tienes que ser valiente y lanzarte a esa nueva aventura que promete, y más en el Caribe.
Punta Cana no representa ni de lejos, República Dominicana. Es un lugar donde hace años se crearon imperios y jaulas de oro por parte de hoteleros españoles en su mayoría, es hoy uno de los destinos turísticos más populares del Caribe, pero la realidad que detrás de esa cara bonita y turística esconde, es bien diferente. Un lugar un tanto apersonal, sin un pueblo con el que crecer de la mano, un lugar creado para turistas cautivos a quienes les aconseja no salir ni del hotel. Fuera de ellos hay vida, sobre todo de los que aquí trabajamos, algunas zonas autóctonas y poco más.
Mi vena exploradora me pide investigar e ir un poco más allá, así que viajo, viajo y viajo por esta isla, de norte a sur, de oeste a este, de isla en isla, para conocer la verdadera esencia de este peculiar paisito. República Dominicana tiene montañas, ríos, playas, desiertos, manglares, gente cálida, música e historia. Comienza otra aventura!
