[name=Patricia Plaza] [description=Libertad | Amor | Revolución ] [img=https://2.bp.blogspot.com/-lZmSPJ4ElOc/TqWyVI6_brI/AAAAAAAAE3c/IIvrZ05K1bk3qwooHKI5qJFaI24gzwIPQCPcB/w1200-h630-p-k-nu/IMG_2220.JPG]



9/FAVORITOS/slider2

404

We Are Sorry, Page Not Found

Apologies, but the page you requested could not be found.

Home Page

La leyenda del Titicaca

Dice la leyenda Inca que existía un valle muy fértil poblado de hombres que vivían felices y tranquilos protegidos por unos dioses llamados Apus que vivían en las montañas. Los Apus eran unos tíos super enrollados y cuidaban a los hombres proporcionándoles todo lo que necesitaban. A cambio sólo les exigían una cosa: Bajo ningún concepto debían subir a la cima de las montaña donde ardía el Fuego Sagrado.

Como siempre, los hombres la fastidiaron y se pasaron por el forro esta prohibición. Inspirados por el diablo que les desafío a probar su coraje, empezaron a subir hacia la cima desesperadamente, como si en lugar de un Fuego Sagrado hubiera una botella de Whiskey del bueno allí.

Pero los Apus detectaron la jugada. Les sentó fatal y mandaron a unos pumas hambrientos y agresivos que empezaron a papearse a los hombres. Éstos, desesperados, suplicaban ayuda pero el Diablo, que por definición es un grandísimo hijo del mal, se desentendió del tema.

Sin embargo a Inti, Dios del Sol, sí que lo tocó la fibra sensible lo que estaba pasando allí abajo. Se pusó a llorar al ver la masacre y se le fue bastante la mano. En cuarenta días inundó todo el valle ahogando por igual a hombres y pumas. De allí sólo salieron vivos el inca Manco Capac y su hermana pero también esposa Mama Occla (se vé que eran pelín incestuosos los incas...).

Los dos supervivientes fliparon bastante al ver que todo el valle había desaparecido y en su lugar sólo quedaba un lago enorme de aguas azules en el que flotaban ahogados los pumas, convertidos no se sabe cómo, en estatuas de piedra. Así fue como decidieron llamar a aquel lugar lago Titicaca, que significa lago de los pumas de piedra. Titi significa puma y caca piedra en aymara.

Manco Capac sería el primer Inca encargado de fundar un imperio enorme que se originaría en lo único que había quedado a flote en aquel valle tras el diluvio: la Isla del Sol. Un imperio que se extendería por medio continente y duraría hasta que llegaron unos cabroncetes españoles barbudos con armaduras y caballos.

...

Titicaca. Con 8.400 km2 y a 3.808 m de altura. El lago más alto del mundo es precioso. La luz y el cambio del color del agua es fascinante. Un atardecer sobre el lago es mágico. La experiencia de navegar en sus aguas es simplemente única.



Isla del Sol

Nada más llegar al puerto salen a tu encuentro unas señoras muy grandotas reclamando 5 bolivianos para no sé qué, que obviamente pagamos sin rechistar. A los pocos minutos miles de pequeños con su mejor sonrisa se acercan para que les hagas una foto. Click, click, click. Y luego te piden 2 bolivianos o que les compres suvenires. No me gustan los lugares donde te hacen pagar hasta por respirar. Al cuarto de hora ya me quería ir de allí, pero en cuanto dejamos las mochilas en un hostel familiar super básico y nos escapamos a un cerro cercano para ver el amanecer, todo pasó.



Al poco de iniciar la marcha el horizonte empieza a cambiar y los picos nevados de los Andes de fondo, comienzan a cubrirse de tonos rojizos. Se pone el sol sobre el Titicaca.



La isla es más bien pequeña y en medio día te la recorres. A medida que te alejas de la zona sur, todo cambia. A pesar de ser un sitio muy turístico, aún se siente muy boliviano. El lugar es realmente rústico, con animales por todas partes, ruinas incas, hombres descansando en la hierba, niños jugando y mujeres con sus trajes típicos yendo de un sitio a otro. En cuanto te sales del camino principal te encuentras metido en el jardín de alguien o rodeado de un rebaño de ovejas, o enfrente de una llama que te mira como preguntándose que coño haces allí. El español allí no se utiliza, todos los locales se comunican en aymara que suena como si tuvieran la boca llena.



Vuelta al barco y a Copacabana, pueblito hippy costero, tras otra travesía con vistas y colores espectaculares por el lago. Y de Copacabana a Puno, Perú para visitar las famosas islas de los Uros.

Islas flotantes
Más de lo mismo pero diferente. Las islas de los indigenas Uros están construidas con varias capas superpuestas de cañas de totora, que crecen en abundancia en los bajíos del lago Titicaca. Los Uros empezaron a vivir en estas islas flotantes hace ya varios siglos en un intento de aislarse de los incas. Y allí se quedaron. Hoy en día viven varios centenares de familias en diferentes islas con sus típicas casas, sus barcas y sus productos de artesanía o suvenires hechos todos de totora. De las 44 islas que forman el pueblo flotante de los uros, se encuentra una escuela flotante, un hospital flotante, un banco flotante (un barco que va dos veces por semana y donde se puede sacar dinero! verídico!) y un par de restaurantes flotantes donde me tomé un café flotante a precio europeo. También hay animales en la isla, destacan los cerdos flotantes y vacas flotantes (también verídico!). No me fui de allí sin antes dar un buen salto para comprobar la estabilidad de la isla flotante.




La verdad es que impresiona ver a esta gente indígena tan característica que vive aún del trueque y/o del turismo, lo auténtico de su básica y sencilla forma de vida, y el arraigo a sus tradiciones.

Estos días en el lago han sido purificadores, no sé si por el aire, por lo místico, por la altura, por sus islas, por la belleza, por la magia, por la energía, por sus aguas, por la luz o por todo.



Google+ Linked In Pin It