Camboya es un interrogante, un país lleno de contradicciones, un pasado glorioso, un presente aún trágico y un futuro incierto.
Siem Reap vive por y para Angkor, se respira prosperidad gracias al turismo,.. pero es solo un espejismo de la realidad de Camboya.
A medida que te adentras en el país, ves su realidad, las miradas son más duras, la herencia del genocidio de Pol Pot se palpa y te horroriza. Han luchado durante años de masacre, pobreza e inestabilidad política, pero gracias a su optimismo contagioso, mantienen intacta su sonrisa.
Pasamos una noche en Battambang, donde el dueño de la pensión nos roba el sueño con sus historias, anécdotas y tragedias vividas. Y llegamos a Phnom Penh,... exótica, caótica, cautivadora, inquietante, absorbente, pero también desagradable. Y es que es inevitable ver ese lado oscuro, los crímenes del pasado, las consecuencias físicas, y las de pobreza, horfandad y miseria.
Es muy duro visitar algunos de sus museos y ver el horror que vivieron, callejear y ver esa otra cara de la cuidad.

Siento de nuevo escalofríos, pero son diferentes,..
Siguiendo con las contradicciones, las noches en Phnom Phen son muy muy animadas, con locales de lo más cool, freakies a tutti, buena música y gintonics deliciosos. Se nos hace de día, quizás teníamos que ahogar las penas. Uff, que resaca de país!
Buenos días/noches

Camboya es un interrogante, un país lleno de contradicciones, un pasado glorioso, un presente aún trágico y un futuro incierto.
Siem Reap vive por y para Angkor, se respira prosperidad gracias al turismo,.. pero es solo un espejismo de la realidad de Camboya.
A medida que te adentras en el país, ves su realidad, las miradas son más duras, la herencia del genocidio de Pol Pot se palpa y te horroriza. Han luchado durante años de masacre, pobreza e inestabilidad política, pero gracias a su optimismo contagioso, mantienen intacta su sonrisa.
Pasamos una noche en Battambang, donde el dueño de la pensión nos roba el sueño con sus historias, anécdotas y tragedias vividas. Y llegamos a Phnom Penh,... exótica, caótica, cautivadora, inquietante, absorbente, pero también desagradable. Y es que es inevitable ver ese lado oscuro, los crímenes del pasado, las consecuencias físicas, y las de pobreza, horfandad y miseria.
Es muy duro visitar algunos de sus museos y ver el horror que vivieron, callejear y ver esa otra cara de la cuidad.

Siento de nuevo escalofríos, pero son diferentes,..
Siguiendo con las contradicciones, las noches en Phnom Phen son muy muy animadas, con locales de lo más cool, freakies a tutti, buena música y gintonics deliciosos. Se nos hace de día, quizás teníamos que ahogar las penas. Uff, que resaca de país!
Buenos días/noches
